El viaje de Medea comienza en el mismo momento que entra por la puerta de la protectora, Triple A Marbella.
Siendo una víctima más del abandono animal y, dadas las particularidades de la raza, inmediatamente pasó a formar parte de los perros «especiales» que tratamos en el refugio.
A partir de entonces, su destino quedó en manos de la protectora, quien la tutelaría hasta que apareciese la familia idónea para ella.